jueves, 21 de febrero de 2019

Visita Job Shadowing a Sundsvall (Suecia)

Domingo 27

Después de varios meses de contacto con algunos profesores suecos, ha llegado el momento de poner rumbo a Sundsvall. Esta pequeña localidad, de unos 55.000 habitantes, se encuentra a 380 km al norte de Estocolmo por lo que tardo algo menos de 4 horas en llegar en tren desde la capital sueca. El clima en Suecia durante estos meses es duro, muy duro, pero en Sundsvall llega a unos límites extremos, son las 13:30 y el termómetro marca -13º, lo que unido al viento, que hoy llega desde el Báltico, hace que la sensación térmica sea algo inferior.
 
 

Tras comer y descansar un rato, bajo a la recepción, ya que a las 19:00 viene la profesora con la que voy a hacer el job shadowing: Maria Eurenius.

Puntual como era de esperar, me encuentro con ella y decidimos ir a uno de los pocos locales abiertos un domingo noche en Sundsvall. Desde el primer momento, Maria se muestra muy afable y con muchas ganas de colaborar en esta movilidad, algo que se intuía tras estos meses de contacto a través de email, pero que se confirma al vernos cara a cara, así que se puede decir que lejos de tener un carácter reservado, como podríamos esperar de alguien del norte de Europa, la profesora es bastante comunicativa. Tras dos horas conversando, quedamos en vernos a la mañana siguiente en un gimnasio llamado "Friskis & Svettis".


Lunes 28
El gimnasio se encuentra a unos 3 km del hotel, por lo que me preparo bien para una caminata bajo el frío nórdico. A las 8:30 me encuentro con Maria en el gimnasio y nos dirigimos a los vestuarios para cambiarnos. Esta clase difiere bastante de las habituales porque se da con dos alumnos que tienen necesidades educativas especiales y es una optativa que ellos eligen, pero que se da en este gimnasio llamado Friskis & Svettis y que no pertenece a la escuela, sino que es una ONG en la cual trabajan varios voluntarios ejerciendo de monitores.

Con todo esto, comienza la clase con estos dos alumnos, la profesora, la monitora y yo, que me mantengo al lado observando cómo transcurre. La clase consiste en una hora de ejercicios en la que la profesora y la monitora supervisan en todo momento a los alumnos, de hecho se dividen y es totalmente individualizada.




La clase termina a las 10:00 y Maria no vuelve a tener clase hasta las 12:15 por lo que tranquilamente nos cambiamos en los vestuarios y nos dirigimos a la escuela, que se encuentra a 1'5 km de distancia, así que volvemos andando. Nada más llegar, son varios los profesores que nos encontramos y que amablemente Maria me presenta y saludamos. Tras esto, la profesora me enseña las instalaciones del instituto, primero uno de los dos gimnasios y los materiales, así como una clase en la que hay mesas-pala y bicicletas estáticas. Este gimnasio es bastante pequeño como para albergar a los 30 alumnos que hay en algunas clases, por lo que según me comenta Maria, casi siempre se tienen que dividir.



Tras ver las instalaciones, nos dirigimos a la cafetería para almorzar, son las 11:50, pero rápidamente nos adaptamos a la forma de vida sueca. Los alumnos comen aquí y la comida es bastante sana; tenemos ensalada de pasta y distintos alimentos para combinar y hacer otro tipo de ensalada, como queso fresco, pepino, tomate, lechuga, etc. Luego eligen un plato principal entre dos. Hoy era o pescado en salsa o arroz. Para beber disponen de agua, leche o té, las bebidas azucaradas están prohibidas; por lo que podemos observar cómo la alimentación sana es una premisa que cumplen en la escuela y crean buenos hábitos en los estudiantes.




De 12:15 a 12:40 está programada una clase de 25´que no es otra cosa que la tutoría de Maria con su grupo de referencia. Durante esta hora se exponen algunos de los problemas surgidos en los días anteriores y entre todos tratan de proponer soluciones. Llama la atención que los alumnos están bastante callados, pero sorprende que muchos de ellos andan algo distraídos usando el móvil (en teoría no deben usarlo, pero la profesora les llama la atención) o incluso con los cascos puestos tipo ear pod. Tras discutir varios temas nos dirigimos al despacho y los alumnos quedan solos, pero están trabajando, hablando, pero con la sensación de que están aprovechando el tiempo. Es curioso, pero entre clase y clase los alumnos disponen de descansos de unos 15-20 minutos.
  Después de visitar el edificio Hedbergska y conocer a Pernilla, profesora de Español, volvemos al gimnasio ya que tenemos otra clase de Educación Física. Esta clase abarca desde las 13:50 hasta las 15:20 y es la última del día para todos. Maria comienza dando teoría antes de empezar la práctica. Se colocan los 25 alumnos en los bancos frente al proyector; el silencio es absoluto, no se escucha a un solo alumno hablando, solo para intervenir. La profesora no tiene que mandar a callar a nadie y su voz se mantiene a un nivel agradable, nada forzado.

Al concluir los 20-25 minutos de teoría, se pasa a realizar la parte práctica, los alumnos calientan libremente y se preparan para la parte principal. Destacar que esta hora y media es la única de la que disponen los alumnos para hacer ejercicio en el instituto en toda la semana, lo cual sorprende bastante, y a mi entender, es algo negativo.  

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