El pasado mes de julio asistí a un curso de Metodología innovadora del inglés en
Newcastle-upon-Tyne, una ciudad al norte de Inglaterra conocida por su pasado
minero e industrial. El curso tuvo lugar entre el lunes 22 y el viernes 26 de julio,
ambos inclusive. Esta actividad forma parte del proyecto Erasmus+ KA1 que
estamos desarrollando actualmente
en el IES Pablo Neruda, por lo que está financiado en su integridad con fondos
europeos.
El lugar de realización del curso fue International House Newcastle, un centro
de formación para profesores de todo el mundo así como de preparación para los
exámenes oficiales en Inglés. Este edificio victoriano en pleno centro de
Newcastle se ha quedado algo pequeño para la cantidad de estudiantes que acoge,
pero la atención del personal docente es excelente. Desgraciadamente, el curso
al que me había inscrito no se llegó a realizar y a las profesoras de inglés
que pretendíamos hacerlo se nos incorporó a un curso sobre CLIL, muy
interesante pero poco práctico a efectos de aplicación en mis aulas. Hablamos
varias veces con los organizadores, pero nos querían convencer de las ventajas
de quedarnos en ese curso, del que al final no pudimos cambiarnos. Lo único que
conseguimos fue que nos permitieran descargarnos materiales del curso de
metodología para prepararlo por nuestra cuenta, cosa que he estado haciendo
también este verano, aunque no es igual que trabajarlo en el curso.
Las clases tenían un horario de 11:00 a
17:00, lo que era un inconveniente para ver la ciudad, ya que cuando salíamos a
las 5 estaban todos los monumentos cerrados y por la mañana no abrían hasta las
10:30, por lo que no daba tiempo de ir antes de clase. El programa incluía un
fin de semana con actividades que se pagaban aparte, pero yo tuve que volverme
antes por un problema de salud de un familiar. Aún así, conseguí ir un mediodía
al castillo (en la hora de la comida), dar largos paseos por la ciudad al salir
de las clases, disfrutando de los variopintos puentes sobre el río Tyne, las
calles con edificios victorianos, la preciosa estación de autobuses y, el
domingo de mi llegada, pude ver el Discovery
Museum, centrándome solo en la historia de la ciudad, y el Great North Museum, con un pequeño
planetario.
De las tres opciones de alojamiento que
había (hotel, familia y residencia de estudiantes) elegí esta última, en el
Newcastle 1, Student Roost, situado en Blandford Square, justo al lado del Discovery Museum. Fue una
experiencia nueva para mí, ya que he cursado mis estudios universitarios en mi
ciudad, a 20 minutos andando de la facultad, y no tenía experiencia previa de
residencias universitarias. La habitación era un pequeño apartamento con
cocinita, un baño pequeño, una cama frente a una mesa de trabajo y un armario
para la ropa, lo básico para vivir. Se veían habitaciones muy modificadas de
gente que pasa meses allí y las acaba decorando a su gusto. Había una norma muy
estricta por la que entraban a revisar las habitaciones tres días antes de su
desalojo; supongo que a veces encontrarán daños en las habitaciones y por eso
la revisión. Los compañeros de otras habitaciones a veces eran muy ruidosos por
los pasillos de noche, pero me ha gustado mucho vivir en esta pequeña comunidad
en la que se pueden recibir cartas postales, se donan los excedentes de todo
tipo cuando uno se va, se puede ir a un gimnasio básico allí dentro, así como
reservar una sala de televisión para ver una película con compañeros, lavar la
ropa en la lavandería, trabajar en la biblioteca o hacer un picnic en el patio
de atrás.
Si bien tuve el problema con el
contenido del curso que ya he contado, la experiencia me pareció muy
interesante y digna de ser repetida. Esto mismo pero aprendiendo sobre
metodología habría sido genial y no me importaría repetir otro verano… eso sí,
¡asegurándome de que me imparten el curso programado!
Elena Gil