

Tras comer y
descansar un rato, bajo a la recepción, ya que a las 19:00 viene la profesora con
la que voy a hacer el job shadowing: Maria Eurenius.
Puntual como
era de esperar, me encuentro con ella y decidimos ir a uno de los pocos locales
abiertos un domingo noche en Sundsvall. Desde el primer momento, Maria se
muestra muy afable y con muchas ganas de colaborar en esta movilidad, algo que
se intuía tras estos meses de contacto a través de email, pero que se confirma
al vernos cara a cara, así que se puede decir que lejos de tener un carácter
reservado, como podríamos esperar de alguien del norte de Europa, la profesora
es bastante comunicativa. Tras dos horas conversando, quedamos en vernos a la
mañana siguiente en un gimnasio llamado "Friskis & Svettis".
Lunes 28
El gimnasio
se encuentra a unos 3 km del hotel, por lo que me preparo bien para una
caminata bajo el frío nórdico. A las 8:30 me encuentro con Maria en el gimnasio
y nos dirigimos a los vestuarios para cambiarnos. Esta clase difiere bastante
de las habituales porque se da con dos alumnos que tienen necesidades educativas
especiales y es una optativa que ellos eligen, pero que se da en este gimnasio
llamado Friskis & Svettis y que no pertenece a la escuela, sino que es una
ONG en la cual trabajan varios voluntarios ejerciendo de monitores.
Con todo esto, comienza la clase con estos dos
alumnos, la profesora, la monitora y yo, que me mantengo al lado observando
cómo transcurre. La clase consiste en una hora de ejercicios en la que la
profesora y la monitora supervisan en todo momento a los alumnos, de hecho se
dividen y es totalmente individualizada.
La clase
termina a las 10:00 y Maria no vuelve a tener clase hasta las 12:15 por lo que
tranquilamente nos cambiamos en los vestuarios y nos dirigimos a la escuela,
que se encuentra a 1'5 km de distancia, así que volvemos andando. Nada más
llegar, son varios los profesores que nos encontramos y que amablemente Maria me
presenta y saludamos. Tras esto, la profesora me enseña las instalaciones del
instituto, primero uno de los dos gimnasios y los materiales, así como una
clase en la que hay mesas-pala y bicicletas estáticas. Este gimnasio es
bastante pequeño como para albergar a los 30 alumnos que hay en algunas clases,
por lo que según me comenta Maria, casi siempre se tienen que dividir.
Tras ver las instalaciones, nos dirigimos a la cafetería para almorzar, son
las 11:50, pero rápidamente nos adaptamos a la forma de vida sueca. Los alumnos
comen aquí y la comida es bastante sana; tenemos ensalada de pasta y distintos
alimentos para combinar y hacer otro tipo de ensalada, como queso fresco,
pepino, tomate, lechuga, etc. Luego eligen un plato principal entre dos. Hoy
era o pescado en salsa o arroz. Para beber disponen de agua, leche o té, las
bebidas azucaradas están prohibidas; por lo que podemos observar cómo la
alimentación sana es una premisa que cumplen en la escuela y crean buenos
hábitos en los estudiantes.
De 12:15 a
12:40 está programada una clase de 25´que no es otra cosa que la tutoría de
Maria con su grupo de referencia. Durante esta hora se exponen algunos de los
problemas surgidos en los días anteriores y entre todos tratan de proponer
soluciones. Llama la atención que los alumnos están bastante callados, pero
sorprende que muchos de ellos andan algo distraídos usando el móvil (en teoría
no deben usarlo, pero la profesora les llama la atención) o incluso con los
cascos puestos tipo ear pod. Tras discutir varios temas nos dirigimos al
despacho y los alumnos quedan solos, pero están trabajando, hablando, pero con
la sensación de que están aprovechando el tiempo. Es curioso, pero entre clase
y clase los alumnos disponen de descansos de unos 15-20 minutos.
Después de visitar el edificio Hedbergska y conocer a
Pernilla, profesora de Español, volvemos al gimnasio ya que tenemos otra clase
de Educación Física. Esta clase abarca desde las 13:50 hasta las 15:20 y es la
última del día para todos. Maria comienza dando teoría antes de empezar la
práctica. Se colocan los 25 alumnos en los bancos frente al proyector; el
silencio es absoluto, no se escucha a un solo alumno hablando, solo para
intervenir. La profesora no tiene que mandar a callar a nadie y su voz se
mantiene a un nivel agradable, nada forzado.
Al concluir los
20-25 minutos de teoría, se pasa a realizar la parte práctica, los alumnos
calientan libremente y se preparan para la parte principal. Destacar que esta
hora y media es la única de la que disponen los alumnos para hacer ejercicio en
el instituto en toda la semana, lo cual sorprende bastante, y a mi entender, es
algo negativo.
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